Estoy en el monasterio Lavra (quiere decir laurel). Es el más antiguo, tiene mil años. La comida estupenda, la vista de la habitación da al Egeo. No hay que sufrir de vértigo para dormir aquí.
Ahora estoy a punto de cenar. El sistema no me permite enviar imágenes desde aquí. Los monjes son muy educados y siempre atentos para que el visitante se sienta cómodo. Al llegar me recibieron con raki (café turco), ouzo (licor griego con sabor a anís) y unos bombones demasiado dulces para mi gusto. Mañana salgo al amanecer caminando hasta el lugar más alejado de la península. Allí han vivido en ermitas durante décadas algunos monjes, y es el punto de partida para el ascenso a la cima del monte Athos.
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Jose Maria; que experiencia unica visitar el monasterio!!Disfruta alli todo lo espiritual y lo sensible pues todo alli debe respirar algo indescriptible casi,sigo dia a dia todo tu recorrido.Muy buena la redaccion!!te lo dice tu maestra de septimo grado!!Ma
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